Fué un gran desafio en cuanto a mi andar como enfermera. Al pasar el tiempo fui adaptándome y aprendiendo las necesidades de mi paciente, que hasta ese momento, eran  desconocidas para mí.

Fui ganando su confianza con tiempo, a pesar de mi inexperiencia en tratar pacientes en domicilio. Siempre estuve atenta a sus inquietudes. Si alguna vez se presentó algún inconveniente, se pudo resolver con el equipo de salud.

Al ser una enfermedad poco frecuente, estoy en constante aprendizaje e intento informarme y calmar sus miedos, siendo su compañera y consejera. Ellos dependen de nuestro accionar y de nuestra empatía como profesionales, ya que conviven con una enfermedad que los va a acompañar toda su vida.

Nuestros pacientes son conscientes de la patología que presentan y tenemos que responder a sus necesidades,

Estoy feliz de poder ayudar, acompañar y resolver todos los inconvenientes que se puedan presentar. siempre acompañada por un gran grupo de profesionales.